19/Ago /2020
Un acercamiento a la Educación Técnico Profesional
Un acercamiento a la Educación Técnico Profesional

En las últimas semanas, autoridades de la Academia Nacional de Bomberos realizaron una serie de charlas sensibilizadoras dirigidas a los instructores de los diferentes departamentos de especialidades, pertenecientes a las distintas regiones del país, para adentrarlos en el mundo de la Educación Técnico Profesional (ETP). 

En principio, es importante remarcar las ventajas de encuadrar la formación bomberil dentro de la Educación Técnico Profesional: por un lado, se consolida y jerarquiza la formación bomberil y sus instituciones; y, por otra parte, las diversas propuestas formativas serán compatibilizadas en función de estándares mínimos establecidos (perfil profesional y marco de referencia, plan de estudios, etc.) acordes con la ETP.

Este camino comenzó con la aprobación del Perfil Profesional y del Marco de Referencia de Bombero Nivel 1 (BN1). En primer lugar, se trabajó en torno al Perfil Profesional, un instrumento que establece normas y regulaciones, y no puede ser modificado sin aprobación del CONETYP (Consejo Nacional de Educación, Trabajo y Producción). 

El Perfil Profesional observa el quehacer del bombero y su alcance para delimitar la actividad; define hasta dónde llega su intervención para establecer las funciones y maniobras a realizar por los bomberos. También trabaja sobre las competencias en sí mismas, es decir, las realizaciones que se esperan del profesional en situaciones y contextos reales de trabajo propios de su área ocupacional.

El perfil está orientado a mirar cuáles son las capacidades, habilidades, destrezas, actitudes, conocimientos que los bomberos necesitan desarrollar para desenvolverse de manera competente en situaciones de trabajo. Además, contribuye a identificar posibles circunstancias didácticas que pueden ser utilizadas en el diseño de estrategias de enseñanza y de aprendizaje a lo largo de la formación. 

Por eso, se basa en el conjunto de realizaciones profesionales que el técnico, en este caso el bombero, puede demostrar en diversas situaciones de trabajo propias de su área ocupacional, una vez que ha completado el proceso formativo. Estableciendo de esta forma: qué hace, cómo lo hace, cuándo, en qué circunstancias, con quién/es.

Por su parte, el marco de referencia se deriva del perfil profesional, pero, a diferencia de éste, define las líneas generales y básicas para la formación.

A través de él se definen las unidades de realización, que establecen y delimitan las acciones formativas para maniobras determinadas y contextualizadas en un siniestro, en función de las realizaciones en el perfil profesional del bombero, las capacidades profesionales, contenidos mínimos de la formación, carga horaria mínima, referencial de ingreso, el entorno formativo (instalaciones, equipamiento e Insumos, prácticas profesionalizantes).

En otras palabras, es el instrumento único para la formación del bombero y es el elemento contra el que se comparan los diseños curriculares jurisdiccionales para otorgarles la validez nacional: si cumplen con los requisitos mínimos establecidos en el Marco de Referencia, obtienen la validez nacional.

El Marco de Referencia avanza en los aspectos formativos que comprenden los siguientes componentes:

 Las unidades de realización, a través de las que se delinean las acciones formativas para determinadas maniobras consideradas en el perfil profesional del bombero. Es decir que describen modos y tipos de intervención del profesional en su ámbito de actuación. (Por ejemplo: reconocer en un siniestro como incendio estructural la maniobra de asegurar y controlar la escena).  

– Las capacidades y habilidades profesionales que se corresponden con las funciones del perfil profesional y de las unidades de realización (Por ejemplo, en un siniestro Incendio Estructural la maniobra sería asegurar y controlar la escena y las realizaciones:  Reconocer riesgos/Reconocer la zona roja/Cortar los suministros (luz y gas) bajo la supervisión de alguien con conocimientos de electricidad).

-Los contenidos de formación.

-La Carga Horaria.

-Referencial de Ingreso (las condiciones que debe cumplir el ingresante para acceder a la formación).

-Prácticas Profesionalizantes.

-Los entornos formativos. 

Otro elemento que comprende la ETP es el diseño curricular, un instrumento recomendado que establece los mínimos en la formación, que incluye los módulos (Operaciones en Incendios, por ejemplo) y su carga horaria (100 horas en total, por ejemplo). Para la formación de cualquier nivel se propone un diseño curricular sugerido como base para la construcción de diseños curriculares jurisdiccionales, que tendrán en cuenta las necesidades de formación de cada región en particular. Es decir, que el diseño curricular puede modificarse (a diferencia del Perfil Profesional y el Marco de Referencia). 

 

Un acercamiento a la Educación Técnico Profesional

 

Es importante resaltar que, desde 2017, la ANB trabaja en estos tres elementos de manera federal con el fin de alcanzar un consenso entre todos los actores del Sistema Nacional.

Este proyecto marca un antes y un después en cuanto a la profesionalización de Bomberos Voluntarios, ya que pone en valor la formación y la enmarca en un contexto y situación dada.

Actualmente, ya comenzó la implementación del Bombero Nivel I (entiéndase a los aspirantes de bomberos) en 4 jurisdicciones: Córdoba, La Pampa, Tierral del Fuego y Tucumán, a través de las Federaciones que se encuentran constituidas en esas provincias.

Y la ANB continúa trabajando en la elaboración de los elementos de Bomberos de Nivel II (entiéndase a los Suboficiales Subalternos del cuadro jerárquico del Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios), ya que se encuentra en etapa final y revisión la elaboración el Perfil Profesional y Marco de Referencia correspondiente a ese nivel.

 

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